Artrosis del codo

Las causas del deterioro del cartílago articular pueden ser diversas. En general, existen 2 grandes grupos. Por un lado los traumatismos en la articulación, como pueden ser fracturas antiguas, pueden desencadenar a largo plazo un desgaste del cartílago articular y una artrosis del codo. Por otro lado, existen otros factores, como los factores genéticos, ó los microtraumatismos de repetición (debido a actividades laborales ó deportivas), que poco a poco conducen a un desgaste articular progresivo.

Los pacientes con artrosis de codo presentan habitualmente dolor de codo, de inicio progresivo. El dolor al principio puede estar relacionado con diversas actividades físicas, pero a medida que progresa la enfermedad puede aparecer en reposo, e incluso durante el descanso nocturno. Además, es característico de esta enfermedad la aparición de rigidez o pérdida de la movilidad de la articulación, especialmente en los rangos finales del movimiento de flexión ó extensión. También pueden aparecer chasquidos ó sensación de roce ó crepitación con los movimientos.

El diagnóstico de la artrosis de codo se fundamenta en una adecuada anamnesis y examen físico del paciente, así como en unas pruebas complementarias determinadas. Habitualmente con una radiografía simple en 2 proyecciones es suficiente para establecer el diagnóstico. En ocasiones, también es necesario realizar otras pruebas complementarias, como el TAC (tomografía axial computarizada) ó la RMN (resonancia magnética nuclear).

En función de los síntomas y del grado de afectación articular, existen diversas opciones de tratamiento. Habitualmente se realiza un tratamiento escalonado, desde las medidas más conservadoras hasta los procedimientos quirúrgicos en los casos más avanzados. Las medidas de tratamiento conservador que empleamos en HYCEM incluyen:

• Medicamentos para reforzar el cartílago articular (sulfato de glucosamina, condroitín sulfato).
• Ejercicios de fisioterapia, estiramientos y fortalecimiento muscular.
• Terapias con infiltraciones intraarticulares ecoguiadas mediante ácido hialurónico: de esta forma se introduce una sustancia que actúa como lubricante para la articulación, favoreciendo el deslizamiento de las superficies deterioradas y aliviando el dolor.
• Terapias biológicas mediante infiltraciones intraarticulares ecoguiadas con plasma rico en factores de crecimiento (PRP): es un tratamiento biológico en el cual se realiza una pequeña extracción sanguínea al paciente, para posteriormente centrifugarla y separar de esa forma el plasma rico en plaquetas del resto de componentes sanguíneos, que será posteriormente inyectado en la articulación de forma ecoguiada para así mejorar la sintomatología y la función de la articulación.

En los casos más avanzados, puede ser necesario un tratamiento quirúrgico. En esos casos la artroscopia permite un tratamiento con pequeñas incisiones en la piel, mediante la cual se introduce en la articulación una cámara y un instrumental que permite limpiar la articulación por dentro, retirar cuerpos libres o eliminar los característicos osteofitos (picos de hueso) que aparecen en las artrosis. En los pacientes de edad más avanzada y deterioros más severos, la sustitución articular por una prótesis de codo permite restaurar la movilidad y aliviar el dolor de los pacientes.

El pronóstico depende fundamentalmente del grado de deterioro de la articulación al diagnóstico de la enfermedad. Los casos con menor afectación pueden ser tratados con métodos conservadores (sin necesidad de cirugía) y evolucionar de una forma muy lenta a lo largo de los años.

Ante la presencia de un dolor habitual y progresivo en la articulación del codo, especialmente si hay pérdida de movilidad, se recomienda acudir al especialista para poder ser valorado de una forma adecuada.

Existen casos que no se asocian a ninguna actividad determinada (son las llamadas artrosis primarias ó idiopáticas de codo), que aparecen sin ninguna causa conocida. Sin embargo, en otros casos, las artrosis aparecen ó se agravan con determinadas actividades repetitivas que pueden deteriorar de forma crónica el cartílago articular. En general, se recomienda un adecuado desarrollo muscular del brazo y antebrazo, así como unos hábitos de vida saludables para evitar un desgaste precoz de la articulación.