Fractura de escápula

Este tipo de fracturas es muy poco frecuente y se asocia a traumatismos de alta energía como son los accidentes de tráfico y los traumatismos deportivos importantes. Al tratarse de traumatismos de alta energía suelen asociar fracturas de clavícula o fracturas costales.

Estas fracturas conllevan limitación de la movilidad del hombro bien porque afecten a su normal congruencia o por el dolor secundario que producen.

Las radiografías simples suelen ser suficientes para el diagnóstico inicial, pero suele ser necesario un escáner o TAC para poder determinar el grado de afectación de la escápula. En HYCEM solemos asociar, en caso de realización de un TAC, un estudio tridimensional de la fractura, pues nos ayuda en la decisión terapéutica y en la planificación preoperatoria en caso de optar por el tratamiento quirúrgico. (Imagen 1).

La escápula es un hueso que se encuentra muy protegido por todos los músculos que la rodean. Este armazón muscular suele evitar importantes desplazamientos de éstas fracturas, lo cual permite un tratamiento conservador con inmovilización de 4 a 6 semanas en la inmensa mayoría de los casos. En determinadas fracturas como aquellas que afectan a la glena y por tanto comprometen el correcto funcionamiento del hombro, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para alinear los fragmentos y estabilizarlos con placas y tornillos.

Por norma general, las fracturas de escápula curan sin dejar secuelas relevantes. En su recuperación suelen requerir de una rehabilitación y fisioterapia específicas para recuperar la rigidez de hombro que a veces se produce tras la inmovilización inicial.

Las fracturas de escápula pueden ser lesiones que afecten de manera crónica al correcto funcionamiento del hombro por lo que se recomienda consultar con el especialista de hombro en caso de sufrirlas.