Radiografía

RADIOGRAFÍAS DE HOMBRO

La imagen radiográfica es posiblemente, después de la ecografía, que habitualmente realizamos en consulta, la prueba diagnóstica que más empleamos en la valoración inicial de las distintas patologías que puede presentar el hombro.
Nos permite una valoración global de la situación de la articulación a nivel óseo; también descartar la existencia de depósitos de calcio, como los que encontramos en las tendinitis calcificantes de hombro. Asimismo, las radiografías son la prueba de elección inicial para el diagnóstico de procesos degenerativos como la artrosis de hombro y las secuelas de fracturas.

Siempre es necesario realizar las radiografías de hombro en 2 proyecciones que nos permitan un estudio completo desde 2 planos diferentes.

RADIOGRAFÍAS DE CODO

La radiografía de codo es habitualmente la primera prueba de imagen que se utiliza ante el estudio de cualquier proceso patológico del codo, especialmente si ha existido un traumatismo previo.
Como norma general, se emplean 2 proyecciones, perpendiculares entre si, que suelen ser la proyección anteroposterior y la proyección lateral, aunque en determinados casos se utilizan otro tipo de proyecciones específicas.
En las radiografías de codo, se pueden objetivar la presencia de fracturas (cabeza radial, húmero, olecranon, apófisis coronoides).
Otros hallazgos posibles son el deterioro de la superficie articular, apareciendo zonas irregulares a nivel de la articulación, con osteofitos (picos de hueso), característicos de los procesos degenerativos (artrosis de codo) o inflamatorios (artritis reumatoide), o cuerpos libres articulares.
En ocasiones, pueden objetivarse calcificaciones a nivel de las inserciones de los tendones en las epicondilitis (codo de tenista o codo de golfista).
También, aunque con menos frecuencia, una radiografía puede servir para diagnosticar osificaciones heterotópicas de codo (que son formaciones óseas que aparecen en el trayecto de músculos o tendones), ó incluso tumores óseos, primarios o metastásicos.